Representa un medio de propagación de infecciones del tracto respiratorio, como el virus de la influenza, y se produce por la estimulación inflamatoria, mecánica, química o térmica de los receptores de la tos. La estimulación inflamatoria se inicia por el edema y la congestión de las mucosas respiratorias, como ocurre en la bronquitis de etiología viral o bacteriana en el resfriado común, y con el consumo excesivo de tabaco. También puede ser causada por la irritación producida por procesos exudativos, como el goteo nasal posterior y el reflujo gastroesofágico con aspiración. Dichos estímulos pueden surgir en las vías respiratorias (como ocurre en la laringitis, traqueítis, bronquitis y bronquiolitis) o bien en los alveolos como es el caso de la neumonitis.

¿Cuáles son sus síntomas?

La tos puede ser seca, también conocida como tos no productiva, o tos productiva la que se acompaña con expectoración. La expectoración puede ser blanquecina, amarillenta, verdosa o con sangre. Las dos primeras se asocian con cuadros respiratorios agudos virales, mientras que la expectoración verdosa es sugestivo de infección bacteriana. La tos de origen respiratorio puede acompañarse de fiebre.

¿Cómo prevenirla?

El tratamiento se basa en determinar su causa exacta e iniciar entonces un tratamiento específico de la causa subyacente, el que habitualmente es eficaz.

Ante cualquier duda, consulte con su médico de confianza.

Fuente: Organización mundial de la salud, organización panamericana de la salud y www.mayoclinic.org